domingo, 6 de junio de 2010

PROBLEMAS DE LA ACTUALIDAD

MATANZA DE BALLENAS






Las grandes ballenas del planeta están en peligro. A pesar de la aprobación de una moratoria internacional sobre la caza comercial de ballenas, Japón, Islandia y Noruega continúan realizando esta actividad, además de llevar a cabo una enérgica campaña para lograr que se levante su prohibición.Se estima que entre 1925, año en que se introdujo el primer barco factoría ballenero, y 1975, un total de más de 1,5 millones de ballenas ha muerto. Sus perseguidores cazaban las diversas especies pasando de una población a otra a medida que dichas poblaciones disminuían debido a su explotación.





La Comisión Ballenera Internacional fue creada en 1946 con el propósito de "garantizar la conservación adecuada de las poblaciones de ballenas y, de esta manera, hacer posible el desarrollo ordenado de la industria ballenera".
La CBI está integrada por 78 países y dentro de ella hay dos bloques claramente diferenciados: Los países conservacionistas representan el 55% de los miembros, y los que favorecen la reapertura de la caza de ballenas, el restante 45%.
En un Santuario Ballenero se prohíbe la caza de ballenas y se promueve la protección de su vida y su ambiente, incluidos los ciclos de apareamiento, parición y sus ciclos migratorios. Pese a las presiones y a las prohibiciones, Japón caza cada año mil ejemplares de ballenas, dentro del Santuario Austral, un área marina que circunda la Antártida, con la excusa de la caza científica. Luego los ejemplares se trozan, empaquetan y congelan para ser consumidos por un pequeño porcentaje de la población nipona.










En 1975 Greenpeace comenzó con esta campaña debido a que las ballenas se habían visto reducidas significativamente. La mayoría de las especies de grandes ballenas se encontraban cerca de la extinción debido a más de un siglo de caza desenfrenada.
De todas las naciones que cazaban ballenas, sólo Japón, Noruega e Islandia siguieron con esta actividad una vez que la moratoria entró en vigencia. Actualmente, estos países promueven el fin de la moratoria lo cual tendría un impacto devastador sobre las poblaciones remanentes. El año pasado Japón anunció que duplicaría la cuota de ballenas a ser cazadas como parte de su programa de investigación científica en la Antártida. Frente a esta declaración Greenpeace puso en marcha nuevas acciones para detener esta iniciativa, completamente infundada y reclama a la CBI que debata con urgencia la protección definitiva de todas las especies.


"Con todos los otros factores que actualmente están impactando en la vida de las ballenas, es increíble que la CBI todavía esté entretenida en debatir la caza comercial -sostuvo Milko Schvartzman, coordinador de la Campaña de Ballenas de Greenpeace-. Los delegados necesitan hacer un llamado a la modernización de la Comisión e incrementar los criterios y escenarios en los que proteger a las ballenas."
Atrapadas en redes, golpeadas por los barcos, enredadas en bolsas de plástico o envenenadas por la polución de los mares, a raíz de los cambios en sus fuentes de alimentación producidos por los impactos del cambio climático, cientos de miles de ballenas mueren todos los años en los océanos. Sin las adecuadas condiciones legales, la matanza indiscriminada no se detendrá.

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